¿Pan a cucharadas? ¿tan blando es?
Es lo primero que yo pensé cuando leí el nombre la receta, y la verdad que puede dar lugar a confusión, pero el nombre de donde realmente viene es de la simpleza de la receta; únicamente necesitamos una cuchara para mezclarlo todo.
Lo primero que dice la gente cuando les aconsejas hacer pan casero es que van a necesitar una amasadora, una termomix, un montón de aparatos extraños... y realmente solo necesitamos un bol para mezclar los ingredientes, nuestras queridas manos para mezclar y amasar (que incluso amasar es facilísimo porque no es obligatorio) y un horno de los que todo el mundo tiene en su casa; de hecho el mío va fatal (alguno se llevará las manos a la cabeza cuando escriba que en ocasiones tengo que darle la vuelta al pan porque la resistencia de abajo funciona cuando quiere). y aun así, salen unos panes maravillosos!
Por eso, esta receta de Iban Yarza intenta acercar a todos a este maravilloso mundo de hornear tu propio pan y sobretodo de ver la facilidad y quitar el miedo a iniciarse.
Es un pan que no necesita amasado; como he dicho, amasar no es obligatorio en ningún pan (el mejor amasado es el reposo).
Y este pan está realmente rico! con más sabor gracias a la fermentación, las harinas integrales y a los frutos secos; y además sale con una miga jugosa y corteza crujiente.
Ingredientes para un molde
- 225 gr de harina integral (yo he usado de trigo)
- 75gr de harina de centeno integral
- 75gr de harina de fuerza de trigo (podéis usar espelta, pero si es integral habrá que añadir más agua)
- 335-350 gr de agua
- 7gr de sal
- 5gr de levadura fresca prensada (el cubito refrigerado)
- 30gr de pipas peladas (no fritas)
- 30gr de nueces
Pasos a seguir
1. Mezclamos con una cuchara todos los ingredientes en un bol salvo los frutos secos. El resultado tiene que ser una masa más parecida a un barro pegajoso.
2. Dejamos reposar 15 min. nuestra masa y después volvemos a mezclar con la cuchara.
Si se ha quedado tan densa que cuesta de mover se puede incorporar un poquito más de agua.
Mejor si es de silicona por la facilidad de desmoldado, pero si es metálico mejor poner papel vegetal; lo pincelamos con aceite y harina y lo llenamos hasta la mitad (porque subirá durante la fermentación)
4. Lo dejamos a temperatura ambiente durante una hora tapado con un paño.
5. Metemos el molde en una bolsa de plástico cerrada y lo dejamos en la parte baja de la nevera hasta el día siguiente.
Mientras esté tapado no perderá agua.
6. Sacamos nuestro pan de la nevera y de la bolsa de plástico y habrá doblado su volumen.
Precalentamos el horno a 250º y colocamos el molde a media altura con agua (colocamos en la base del horno una bandeja con la cantidad de un vaso de agua para crear una atmósfera húmeda)
Horneamos durante 20 min y después sacamos la bandeja de agua y horneamos durante 35 min más a 200ºC (los tiempos podrían variar de un horno a otro)
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